jueves, 31 de octubre de 2013

Pedro César Cerrillo Torremocha , Los nuevos lectores: la formación del lector literario. Elisabet Quirante Berná.

Los nuevos lectores: la formación del lector literario.
Pedro César Cerrillo Torremocha

Hoy en día, leer no es una actividad que esté precisamente de moda entre los jóvenes, pues está muy poco valorada en la sociedad y por los medios de comunicación.  Por ello, surge un nuevo lector diferente al lector tradicional. El tradicional es más competente tanto de libros como de lecturas en internet, mientras que el nuevo es absorbido por las nuevas tecnologías y prescinde de la lectura tradicional.  Esto desemboca en la pérdida de experiencias lectoras y en la rotura con géneros tradicionales.
Por otra parte,  existen muchos tipos de lecturas, que a menudo son impuestas en la escuela de forma obligatoria cuando verdaderamente ha de ser una actividad voluntaria y placentera. Es importante demostrarles a los alumnos que la lectura es muy importante para ellos y que les permiten compartir emociones a través de ella.  La lectura obligatoria en el colegio está condicionada por alcanzar una serie de objetivos y la adquisición de una competencia literaria. Por ello, no se ha de adjudicar a la escuela toda la responsabilidad en la adquisición de los hábitos lectores, ya que el papel más importante lo posee la familia. Se ha de fomentar la lectura en el hogar y hacer de ella algo habitual en la vida del niño. Los niños deben hacer de la lectura una alternativa de ocio, cosa que no se puede conseguir en la escuela, pues en ésta la lectura tiene un valor instrumental y no se presta la suficiente atención a la competencia lectora.
Al igual que no ha desaparecido el formato de libro convencional tampoco han desaparecido los lectores tradicionales. Vivimos en una sociedad, en la que es necesario que seamos lectores competentes y críticos para discriminar todo tipo de información. Pero a pensar de ello, uno de cada dos españoles no lee habitualmente y es entonces cuando surge el neoanalfabetismo. Una de las mayores causas de este neoanalfabetismo es el auge de los medios audiovisuales y la irrupción de las nuevas tecnologías, donde prevalecen más las imágenes y los iconos que el texto escrito.

Por último, para evitar todo lo anterior, es importante que la formación del lector literario empiece a edades tempranas. A parte de enseñar literatura se debe enseñar a apreciarla y valorarla.  En dicho aprendizaje, posee un papel muy importante la competencia literaria, ya que implica toda la actividad cognitiva de la lectura y mide el nivel de eficiencia del lector ante cualquier texto.

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